Lo ideal de un contrato de arrendamiento es que se cumplan las obligaciones de ambas partes por igual. No obstante, puede haber circunstancias que impidan que esto se logre.
Cuando el propietario de un inmueble decide arrendarlo, lo que está esperando es un beneficio económico a cambio de su uso condicionado. Claro, lo que este espera es recuperar su inmueble en las mismas condiciones en que lo entregó.
Mientras que el arrendatario, la persona que recibirá el beneficio de uso del inmueble, paga al propietario de acuerdo con un contrato. En este se establecen las cláusulas que deben cumplirse de parte y parte.
Es cierto que los contratos varían de acuerdo a cada caso y según la legislación del país. Sin embargo, hay elementos comunes a casi cualquier contrato a la hora arrendar un inmueble.
Generalmente, el contrato es equilibrado y protege a ambas partes, propietario y arrendatario. Es decir, se establecen obligaciones que cada uno debe cumplir en un tiempo determinado.
Además esta relación contractual está determinada por un inicio y un final, es decir, una duración especificada también en el contrato.
En este aspecto es clave que el cierre o finiquito del contrato se pueda dar de la mejor manera para todos. Te brindamos más información, sigue leyendo.
Importancia de firmar un contrato de arrendamiento
Cuando una persona está en la búsqueda de un inmueble para arrendamiento, generalmente no busca asesoría legal ni conoce el marco jurídico.
Esto es normalmente aceptado, pero es una debilidad que puede generar inconvenientes.
Mientras el propietario de un inmueble que desea arrendarlo conoce o se maneja con un asesor, el que va a arrendar, solo busca precios y características del inmueble. Entonces cuando se consigue la opción deseada se firma y listo.
Pero no, alertamos a usuarios e interesados a que comprendan que un contrato de arrendamiento es un instrumento legal que contempla prerrogativas que deben cumplir las partes.
En casos graves de incumplimiento puede castigarse hasta con cárcel, por ejemplo.
Así que no se trata de buscar opciones de precio, ubicación y características del inmueble, al menos, no solamente de eso. Es necesario que el arrendatario se informe acerca de lo que el contrato le exige cumplir, más allá de un pago.
En este punto es determinante que el arrendatario busque información actualizada de la legislación de arriendos y asesoría legal.
De esta manera, al convertirse en arrendatario, habiendo firmado un contrato, ha aceptado obligaciones que puede cumplir.
Indispensables para terminar con éxito el contrato de arrendamiento
Una vez que se ha contraído el contrato y se ha aceptado todo lo que las cláusulas establecen hay que cuidar cumplirlas. Es determinante evitar litigios legales, así como diferencias entre propietario y arrendatario.
Es perfectamente normal que se tenga que terminar la relación contractual en cuanto a arriendo de un inmueble. Hay muchas razones, las propias del contrato, otras surgidas de las circunstancias, diferencias en acuerdo entre las partes, etc.
Aquí lo importante es lo que está suscrito en el documento legal que como vimos es una suscripción de obligaciones entre partes.
En este sentido, al momento de terminar con el contrato es prioridad que el arrendatario haga entrega según lo acordado en ese contrato.
¿Por qué hacer énfasis en el arrendatario?
Porque este no es dueño del bien que está usando y debe devolverlo.
Es decir, tiene bajo su responsabilidad propiedad ajena y debe demostrar que la devuelve según lo que se ha establecido con su propietario previamente.
Así que veamos lo que no debe quedar fuera de las consideraciones del arrendatario al momento de terminar la relación contractual y entregar el inmueble:
Conoce y relee el contrato
Puede parecer un aspecto muy evidente, pero muchos casos de litigio legal e inconvenientes entre propietario y arrendatario se originan cuando se firma sin revisar a detalle cada cláusula.
Hay que recordar que cada una de estas son obligaciones que se contraen ante la otra parte y en el marco de una legislación. Esta última, además, con la capacidad de sancionar de muchas maneras.
Además es clave releer el contrato, bien sea próximo a la fecha de finiquito o que algo haya precipitado el cierre del contrato. Esto le permite a ambas partes ver lo que deben cumplir y si en efecto llegado el momento, se cumple o no.
Toma medidas con antelación
Como arrendatario se debe tener en cuenta que el uso del inmueble está limitado por el tiempo, cuando no hay extensión o renovación del contrato. Es decir, se conoce la fecha exacta en que termina el beneficio.
Por lo tanto, el arrendatario cuenta con el dato que le debería permitir un mínimo de planificación para tener todos los aspectos de culminación del contrato al día. De este modo, el arrendatario puede tomar medidas mucho antes de que deba entregar.
De tal manera, el arrendatario podrá planificar las reparaciones, menores o mayores, que deba hacer al inmueble. Así como el tiempo de informar al propietario de alguna contingencia que, según el contrato, deban abordar juntos.
Buscar asesoría legal
Si surgen dudas más allá de lo que establece el contrato en virtud de determinadas circunstancias, tanto para el propietario o arrendatario, es viable buscar asesoría. Esto puede pasar por causas internas a las partes, por ejemplo.
Pero también puede haber casos en los que un cambio de legislación impacte, de algún modo, a las partes o a una de ellas. En este caso, muy común por cierto, es pertinente que las partes busquen asesoría legal.
Si se trata de otro aspecto en el que el arrendatario tiene dudas o temores, igualmente es mejor opción precisar asesoría legal. Esto deberá dar las herramientas para conseguir una solución equilibrada para las partes.
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